Había un jardín con un pozo
Donde solía divertirse cierto mozo,
Horas pasaba enteras y mortales
En subir y bajar sus dos pozales.
Su objeto afanoso era llenarlos
De dicho pozo en el profundo abismo,
Y subirlos arriba y derramarlos
No en el jardín sino en el pozo mismo.
Lo ve un anciano y co su voz pachucha
Le dijo sabes joven que no entiendo
Ese tu afán duro y tremendo,
En fatigar la soga y la garrucha.
Si al verte sacar agua en tal manera
Te viera al menos arrojarla fuera,
Vería yo algún fin en tu trabajo
Que sentido tiene volverla a bajo.
Yo me divierto el mozo le contesta,
Con ese rudo afán que a usted molesta
Más ya que se pone a reprenderlo,
Sabría decirme lo que pierdo con ello.
Pierdes el tiempo joven loco,
te parece poco.
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