jueves, 4 de septiembre de 2008

EL VINO




La embriaguez ha sido tratada de broma y de veras.
Un beodo vió su boina en el suelo y, mirándola fijamente, la decía filosofando:
Quédate donde estás boina mía. Si me agacho a cogerte caeré yo también, y, si caigo, tu no podrás levantarme. Será mejor que te levanten a ti sola que a los dos, así que adiós, hasta otro día.
Dejó, pues, la boina en el suelo y se fue a dormir.
Durmió profundamente y soñó, soñó que de un agujero salían ratas y más ratas, una, dos, tres hasta cuatro ratas.
La primera rata era grande y gorda; la segunda y tercera, eran muy flacas y la cuarta era ciega.
Intrigado contó a su mujer el sueño y esta le dió la siguiente interpretación:
Entiendo bien, calamidad, le dijo la mujer. La rata grande y gorda representa al tabernero que se queda con tu dinero; las dos ratas flacas, representan a tu hijo y a mí, que no comemos por que tu nos dejas sin dinero, y la rata ciega, óyelo bien representa tu ceguera por el vino. Lo entiendes.
Veo que vales para interpretar los sueños más difíciles, contestó el marido convencido.
Pues no te ciegues otra vez; ten los ojos bien abiertos y no te parezcas más a la rata ciega.
Se puede saber donde está mi boina preguntó el marido tímidamente.
La perdiste ayer, como estabas ciego ni siquiera viste; tú te das cuenta del mal que te hace el vino, y con la promesa firme de no volver a perder otra boina se termina esta escena.

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